MI VIDA Y LAS TELENOVELAS: Yo, falso fan de "Acacias 38"

Saber de telenovelas puede serte útil o causarte un problema, en función de la situación en la que te encuentres. Hace unos cuantos meses, en marzo, en una situación muy poco formal, la de una conferencia a la que asistí más por obligación que por otra cosa, descubrí que saber de telenovelas puede ser, en efecto, muy útil. 

Sala con un nivel de ocupación medio. Entra el ponente, una eminencia de su área de conocimiento, que es algo así como historia sociopolítica y de la literatura. La conferencia  iba, en concreto, del papel de los sindicatos en la historia de la literatura. Pregunta, mientras carga el Power Point, por los sindicatos mayoritarios en España y uno que estaba sentado delante de mí le responde que son “UGT, Comisiones Obreras, Unión Sindical Obrera y la CNT”. Al oír ese último nombre el conferenciante le espeta, con el semblante serio y tirando de ironía, algo así como “¿La CNT? ¿En serio? ¡La CNT hoy en día solo sale en ‘Acacias 38’, con algunos posters de esos que ahora llamáis 'vintage'!”.
La contestación me hizo tanta gracia que se me salió una carcajada tremenda. Fui el único que pilló por donde iba el chascarrillo. Una compañera que estaba a mi lado me preguntó por lo bajo en dónde estaba la gracia. El ponente nos miró sorprendido y dirigiéndose a mí me dijo, con gesto serio: “menos mal que alguien en la sala le hacen gracia mis chistes y menos mal que hay alguien con cultura televisiva”.
Se me borró la carcajada de golpe. Pensé que aquel tipo tan serio me daría la tarde, que me diría algo, me acosaría a preguntas... o yo que sé. Pero no, me preguntó mi nombre, sin más y me dejó tranquilo la hora y media que duró su charla.
Al acabar, los asistentes tuvimos que acercarnos a la mesa del salón de actos en el que se desarrollaba la conferencia para recoger un pequeño dossier con los puntos principales de la charla. Al acercarme, recuerdo que me dijo “así que un acaciero… ¿La ve muy seguido?”. Le respondí, mintiendo, que siempre que estaba en casa la veía y que me encantaba Cayetana (era el único nombre que me sabía de los personajes). Le pregunté, para desviar el tema, si también la veía. “Hoy por estar aquí me la he perdido, pero si estoy en el despacho o en casa, como me pilla justo después de comer de por la tarde, la veo aunque esté trabajando en algo. Me parece que está muy bien hecha, muy bien cuidada para ser una teleserie”, me contestó. Recuerdo que esto se produjo en marzo, con lo que era la época en la que se emitía a las 16.15 h.
Una anécdota curiosa que muestra que no todos los que ven telenovelas son marujas que las siguen mientras friegan los platos, como mucha gente cree, sino cómodamente sentados en el sofá de su despacho o de su casa, mientras les hace la digestión. . 



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