PROYECTOS FALLIDOS: "Amores y alebrijes" (Azteca, 2008)

Coincidiendo con el estreno esta semana de “La gata” de Televisa en México, recordé la existencia de un proyecto fallido muy similar, pero de la empresa que es competencia directa de Televisa: Azteca 13.
Para quien no lo sepa, “La gata” viene a ser un remake de una telenovela venezolana bastante antigua, de 1968, una historia que ya ha sido ‘refriteada’ anteriormente, tanto en la propia Venezuela (donde se llamó “Cara sucia” y la protagonizó Sonya Smith junto a Guillermo Dávila) como en México, con “La gata” (en 1970), “La fiera” (en 1983), “Rosa salvaje” (en 1993), “Por un beso” (en el 2000) y “Pobre diabla” (en 2009, en Azteca).
Como les iba contando, la propia Azteca 13, planeaba en 2008 realizar una telenovela de este corte, versionando “Cara sucia” (es decir, versionando una versión de “La gata” original). El título de esta producción era “Amores y alebrijes”, y de hecho se llegó a elegir a parte del elenco, protagonizando Rossana Nájera y con Héctor Bonilla como la gran estrella del melodrama (verdaderamente, lo es, es un primer gran actor).
Sin embargo, por razones que se desconocen, la televisora canceló la telenovela aún cuando ya se habían preparado los libretos (guiones) de unos cuantos capítulos y cuando el casting estaba en marcha.
Se ve que se quedaron con ganas de hacer un ‘remake’ de esta historia y, en 2009, lanzaron “Pobre diabla”, con Alejandra Lazcano y Cristóbal Lander, versión, esta vez sí, de “La gata” original, la venezolana. A la telenovela no le fue nada mal y además de funcionar en su país de origen se vendió bastante bien, llegando incluso a España (aunque se emitió en horario de madrugada por Divinity y Nueve).
Se comenta que “La gata” de 2014 es una versión de la venezolana aunada con “Rubí rebelde”, otra telenovela venezolana antiquísima y que tiene más o menos el mismo contenido. 
Viendo esto no deja de sorprenderme el hecho de cómo siguen funcionando historias tan clásicas y absurdas desde la perspectiva actual, sino también cómo siguen funcionando después de tantos y tantos ‘remakes’.  

Comentarios